domingo, 21 de mayo de 2017



“Un tirano… siempre está planeando algún tipo de guerra para que las gentes necesiten de un líder”.
Platón, La Republica, Siglo IV A.C.
De todas las naciones, aquellas más dadas a la paz son las naciones democráticas”.
Alexis de Tocqueville, Democracy in America, 1895.

Dentro de la diplomacia lo que más distingue a los idealistas, es su clara tendencia a fijar su atención en aspectos legales y formales de las relaciones internacionales, así como en conceptos y preocupaciones morales como los derechos humanos. Aunque el exprimer ministro británico, Neville Chamberlain, fracaso en su intento de obtener la paz y evitar un conflicto bélico mundial posteriormente justificó sus decisiones y altruismo para mantener la paz. Las siguientes son sus palabras, “cuando pienso en esos terribles años y recuerdo a los siete millones de jóvenes que perdieron la vida en plena juventud y a los trece millones que quedaron lisiados y mutilados, y cuando recuerdo la miseria y el sufrimiento de los padres y madres, los hijos y las hijas, los parientes y amigos de aquellos que murieron y quedaron heridos, me inclino a decir nuevamente lo que ya he dicho antes… en las guerras, cualquiera que sea el bando que se llame a si mismo vencedor, no existen ganadores, todos son perdedores. Son estas consideraciones las que me hacen sentir que mi primer deber era controlar cada uno de mis nervios para evitar la repetición de la Gran Guerra en Europa”. Lucidas y emotivas de un político británico, que todos reconocen por su buena voluntad a pesar del enorme fracaso de no lograr su propósito que habría salvado millones de vidas. Después de la Segunda Guerra Mundial surgen nuevas organizaciones multilaterales entre ellas la ONU donde debemos recordar que uno de sus papeles es el logro de la paz allí donde las hostilidades se han iniciado a través de su importante mediación. Si justificamos equivocadamente la guerra, entonces, ¿cual seria el papel de la ONU; por ejemplo y de la diplomacia?.

La diplomacia, es como una partida de póker o ajedrez, donde acudir a las fuerzas armadas no es común dentro de la política Internacional. Cuando se recurre a la guerra, una forma de interpretarla es que está basada en emociones complejas de temor y rabia. Pero, ¿cuales son las condiciones de fondo para que se de una guerra?. Entre las condiciones de fondo para un escenario de guerra se encuentran los líderes y ciudadanos con mentalidad altamente nacionalista o influenciada por la identificación de los grupos políticos sumisos a la autoridad política. También, los complejos industriales-militares y por ultimo, la carrera armamentística. Existen formas de evitar un conflicto armado entre las naciones, como la “paz democrática” que está basada en el comercio internacional entre los países, promueva la prosperidad. La prosperidad a su turno, promueve la democracia. No existe prácticamente ningún riesgo de guerra entre los países. Es muy raro que las democracias peleen entre ellas. La explicación, es que es difícil convencer a los habitantes de un país democrático a apoyar una guerra contra una sociedad abierta que comparte sus mismos valores e incurrir en vidas humanas y recursos económicos durante el proceso, una explicación adicional es el mayor compromiso que tienen las democracias con las normas legales así como el obstáculo de oposición a la guerra debido a la existencia de los parlamentos y cuerpos representativos.

La guerra con frecuencia ha servido como estimulo a corto plazo para reducir el desempleo pero también son acompañadas por altos periodos de inflación en el precio de los bienes además de altos impuestos. Por ultimo, si se elevan las prioridades militares, podrían llevar a las sociedad a aceptar la necesidad de la guerra y también apoyar un incremento en la producción de armamento, lo que no es nada saludable para la paz y el fortalecimiento de la democracia.

Alvaro Támara Higuera
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