Hace más de treinta años vivo en un tipico barrio de clase media bogotano, Cedritos, es un lugar bonito, tiene parques, la gente es amable y puedes conseguir lo que quieras en poco tiempo. Cedritos, es un barrio que tiene centros comerciales además tiene un comercio prospero, es una comunidad floreciente, eso se ve todo los dias en sus calles. Es tan atractivo, que en los ultimos años es receptor de un creciente flujo de inmigrantes venezolanos, está comunidad ha crecido aceleredamente, tanto que nos dicen, “cedrizuela”, es una broma que no nos molesta, además los venezolanos son personas de clase media, trabajadores o que quieren abrir un negocio propio generalmente pequeño, no son problematicos, además me sorprende lo rapido que se adaptan a nuestra cultura, quizas porque somos países hermanos además los venezolanos tienen mejor contacto historicamente con comunidades de inmigrantes en su país. De todas formas, aunque este tema es importante, no es el objeto de está publicación. Retomo, Cedritos, fue creado a comienzos de la decada de los ochenta, fue pensando para profesionales y ejecutivos, como una forma de urbanización moderna en ese entonces para la ciudad. Ciertamente, Cedritos, vivio mejores tiempos, personalmente vivo en una casa grande de tres pisos dentro de un conjunto cerrado, lo que demuestra un periodo boyante donde la creciente clase media se podia permitir un nivel de vida alto, eran los tiempos dorados de la clase media en el mundo, aquellos dias donde se podia acceder a “caso, carro y beca”. No era precisamente el sueño americano, pero se parecia hasta cuando duro. Con la apertura, la decada de los noventa trajo un proceso de pauperización de la clase media, fui testigo de la precariedad de esos dias, la pobreza se podia percibir en muchas partes, esa pobreza escondida era dolorosa, sencillamente la decada de los noventa fue para la clase media una epoca de sudor y lagrimas para nosotros.

Pero, quiero compartir una idea, basado en las enormes riquezas de nuestro país, la envidiable posición geografica además de su importante e invaluable recurso humano, quiero que la clase media colombiana sea la más importante y prospera de América Latina. Dice el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que se debe pensar en la economía de la clase media, una clase social floreciente es bueno para todos, en especial para el consumo además la expansión de la clase media trajo muchas utilidades para las empresas, esto no es malo, queremos que todos ganemos pero precisamente está expansión que trajo tanta riqueza está amenazada en nuestro país. La reforma tributaria estructural, que al parecer lesiona el bolsillo de los asalariados, pone en aprietos a los pobres y la clase media es un riesgo para la expansión de la clase media y pone en entredicho mi deseo de ser la clase media mas poderosa y prospera de la región. La reforma tributaria estructural, no debe ser regresiva; es decir, no debe recaer en gravar a los trabajadores y la clase media, con un aumento del IVA que reduce el consumo además de no evitar le evasión. La reforma tributaria estructural, es necesaria debido a los problemas fiscales que afronta el país, pero puede ser progresiva; no nos debe dar temor decirlo, debe gravar a los grandes capitales y fortunas en vez de recargarse en los mas pobres y la clase media.

La clase media, ya sabe y no puede olvidar el periodo de “sudor y lagrimas”, que se vivieron en la decada de los noventa, volver a vivir una fase dolorosa es traumatico para nosotros. Queremos creer que este gobierno quiere proteger la clase media, su programa de vivienda es adecuado, por ejemplo, pero no queremos vivir una fase tan dolorosa de nuevo y creer que en nuestro país se protege la clase media para el bien de nuestro país. Esperamos que la necesaria reforma tributaria estructural, no sea regresiva para los más pobres y la clase media, exista justicia y busque la equidad en un país que tanto se necesita.

Alvaro Támara Higuera
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