Del glifosato, la dosis personal y otros temas
Ya nose que es peor, el
aumento de los cultivos ilícitos en el país o el daño que genera el glifosato
en las personas, bueno, no seamos tan tontos, el daño a la salud es peor,
porque sabemos que sin está no podemos hacer nada, entonces, si se pueden
evitar los daños a la salud que produce el glifosato, pues mejor. Si, salvo la
marihuana, no soy amigo de la legalización de las drogas ilícitas y menos
siendo colombiano, quizás el país que más ha sufrido por culpa del narcotráfico,
es que aquí somos testigos de los terribles efectos del narcotráfico, mi
generación, no olvida la lucha contra el narcotráfico cuando estos tipos
quisieron someter a la sociedad colombiana a punta de bombazos, en la década de
los ochenta y noventa, los mejores hombres del país fueron asesinados por
oponerse a los planes de los narcotraficantes como hombres dignos y no cayeron
en sus dineros sucios, eran hombres con principios que sabían del enorme daño
de la droga y se enfrentaron a estos, con tanta valentía que les costó hasta
sus vidas. Es que los narcotraficantes, tristemente junto a su productos
malditos, tienen el poder de corromper todo lo que tocan, es como el Rey Midas,
pero no con el oro, los narcotraficantes todo lo que tocan, lo corrompen y
algunas sociedades en el mundo y nosotros, sabemos que el narcotráfico tienen
el poder de corromper las instituciones, doblegar voluntades, en fin; todo para
mantener un negocio fraudulento con productos que acaban a las personas, no
podemos ser débiles con los narcotraficantes porque ellos son muy conscientes
del enorme daño que le producen a la sociedad, a nuestros jóvenes,
principalmente, a pesar del daño tan tenaz, por la enorme codicia y las
ganancias espectaculares, mantienen un negocio que acaba vidas de personas que
caen en sus terribles redes. Por eso, hasta el mismo Santo Padre, Papa,
Francisco, nos pone en alerta y nos recuerda del poder corruptor y enorme daño
que produce los narcotraficantes en la sociedad, palabras sabias, del Santo
Padre y muy valientes enfrentarse contra los narcotraficantes, los espíritus
buenos, conociendo, de las fuertes luchas que tiene el Santo Padre, rezamos,
todos los días, para que lo protejan y le den las fuerzas que necesita, para
seguir en esa lucha, que no es tolerando o callando como se enfrentan, sino enfrentándolas
y corrigiendo donde sea posible. La lucha contra el narcotráfico, es diaria,
algunos dicen que fracasamos, y yo les digo no hemos fracasado, en contra de
los narcotraficantes, quizás en que debemos bajar mucho más el consumo de
drogas, pero no contra los narcotraficantes y expendedores de drogas, porque
cada nación en el mundo debe dar está lucha moral, contra este terrible flagelo,
puede que nos cueste, mucho dinero, pero nos valdría mucho más, si caemos en
los objetivos malévolos de los narcotraficantes y expendedores de droga.
Entonces, sobre la dosis
personal, creo que penalizando el consumo, al consumidor, no es la solución, quizás
sea taquillero, frente a la opinión pública, pero ni reduce el consumo, ni va a
lograr que tengamos calles más seguras y sí que el precio de la droga suba y
eso termina siendo ganancia para los narcotraficantes. Creo, que debemos,
ayudar al consumidor para que se aleje de las drogas, debemos mirar también
esto como un problema de salud pública, donde prevengamos el consumo de droga,
financiemos tratamientos de salud para que la gente pueda salir de la droga,
quitarle víctimas de las garras de los narcotraficantes. Creo, que tampoco es
siendo laxos, y ayudar al consumidor a que lo siga siendo, pero si darles las
herramientas adecuadas para que deje las drogas, solo así podremos bajar los índices
de consumos de sustancias psicoactivas.
Sobre el glifosato, diré que
conocemos sus terribles daños a la salud, que podrían según algunos expertos,
producir cáncer, pero aquí podríamos cometer el error, de perseguir al eslabón
más débil de la cadena, que es el campesino colombiano, debemos ayudarles para
que vean una mejor posibilidad en su futuro, sustituyendo cultivos, mejorando
las vías y conectarlas para que puedan sacar sus productos, que tengan acceso a
la tierra, también a créditos, mejores fertilizantes, darles capacitación en técnicas
agrícolas, claro, hacer todo esto, es más complicado y genera más tiempo, pero
es lo correcto. Por último, debemos, no atacar al campesino, sino a los
narcotraficantes y expendedores de droga, a ellos, les debemos dar muy duro,
hasta que comprendan el enorme daño que le hacen a nuestros jóvenes y a la
sociedad, el corazón, para el consumidor, para el campesino colombiano, la mano
firme, contra el narcotraficante y el expendedor de droga.
Alvaro Támara Higuera
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