Sorprendidos, con la victoria del empresario, Sr. Donald Trump, hace unas semanas siendo elegido presidente de los Estados Unidos en especial con una retorica en contra del librecomercio, una posición tan radical que ni siquiera la adopta su partido político, el Partido Repúblicano. Aunque, un Estados Unidos, aislada del mundo, no es novedad porque a través de la historia si ha tenido momentos de aislacionismo si rompe con la postura a favor de la globalización de las ultimas décadas. Me sorprende, aunque no es sorpresivo el resultado electoral si me deja perplejo la victoria del multimillonario pero mucho más su retorica contra el librecomercio, lo digo como un latinoamericano que sabe cual es la diferencia entre su país y los Estados Unidos, donde estamos acostumbrados a esa clase de discursos, para verlo en perspectiva y veamos la clara contradicción en el discurso en contra del librecomercio del republicano, debemos comprender que la elite fundadora de los Estados Unidos, desde sus inicios eran comerciantes,esta actividad se realizaba entre las treces colonias, con otras posesiones britanicas como Bahamas, otras islas del Caribe, inclusive con la misma metropoli, el Reino Unido. Está, es una clara diferencia con nuestras elites locales fundadoras, más latifundistas a las cuales la metropoli, España les negaba el derecho de comerciar sus productos en la vasta América, por eso, no me extraña la retorica proteccionista que se encuentra en nuestros países, aunque seria insensato asegurar que está es la causa principal.

Max Weber, nos recuerda en unos de sus escritos, como desde sus inicios el comercio para los Estados Unidos es un elemento fundacional de la naciente potencia, nos dice, que la mentalidad de las elites comerciantes de los Estados Unidos, era llegar primero a los puertos sin importar lo lejos o lo cerca, lo importante del pensamiento de los Estados Unidos, era llegar primero que cualquier otra nación en la tierra, era un pensamiento inspirador para una nación que a mediados, finales del siglo XVIII, daba sus primeros pasos. Contrasta, está aspiración de la elite comerciante de los Estados Unidos, de ser los primeros con la visión proteccionista y aislacionista del multimillonario, Donald Trump. Aunque el proteccionismo es una política económica que busca proteger sectores nacionales frente a la competencia extranjera, tiene una limitante grandisima, un país se puede aislar tecnológicamente y aunque está en libertad de tomar una decisión de está naturaleza es claro que con el tiempo, un país queda rezagado tecnologicamente frente al resto del mundo aunque decir esto de un país como los Estados Unidos, no es del todo claro, y lo que busca el multimillonario, Donald Trump, es lo que cualquier político tradicional, ofreceria, basicamente defender puestos de trabajo y recogiendo las aspiraciones de sectores industriales blancos anglosajones que se ven al margen de la globalización es claro, que en una retorica populista, como dijimos, el proteccionismo podria servir a corto plazo y puede que la receta económica Trump sirva a corto plazo pero el rezago tecnológico es una realidad, el problema que nos muestra la victoria de Trump, es como amplios sectores industriales (Michigan, Delaware, Ohio), donde gano el magnate están en la pobreza, con alto desempleo pero esconde una realidad incuestionable, para la globalización, la industria pesada ya no es el eje principal sino la parte tecnológica, aunque repito puede que el proteccionismo de Trump alivie a corto plazo el problema y defienda puestos de trabajo en su país, el problema a largo plazo es que inclusive muchas zonas de los Estados Unidos, esten rezagadas frente a la industria que más genera ingresos económicos y puestos de trabajo, el sector tecnológico. La innovación y el futuro de la economía son los hubs, las aplicaciones, el carro autonómo y no la industria pesada.

Por eso, comprendo la victoria del magnate, Donald Trump, como una respuesta como político tradicional para defender puestos de trabajo pero va en contravia de la mentalidad a favor del librecomercio que tenian los padres fundadores de los Estados Unidos, que no solo favorecian el comercio sino querian ser los primeros además está en contra, del sector económico, más innovador, que produce más puestos de trabajo, y es el futuro de la naciones, el tecnológico. Estados Unidos, es libre de elegir un camino proteccionista y aislarse del mundo, pero desmantelar un orden liberal es un error que va en contra del pensamiento de los padres fundadores de los Estados Unidos aunque cualquier consideración moral con el magnate, Trump parece ser una perdida de tiempo, al parecer.

Alvaro Támara Higuera
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