Bueno,
ya se posesiono finalmente el 1 de enero, ¿gano, limpiamente?, sin duda, su
elección fue limpia, la oposición acepto el resultado, aparentemente todo bien,
más de 50 millones de brasileros, los eligieron nuevo presidente de la
república, gobernara por los próximos años pero en mi opinión, estará bastante
ocupado, concentrado en los problemas internos de su país. Claro, la oposición
que no solo es la izquierda del PT, es muy grande, son millones, y los
problemas son muchos, bastante trabajo tendrá, Bolsonaro, para ocuparse de
problemas como Venezuela, definitivamente, uno se ocupa en resolver primero,
los problemas de su país y después si se preocupa del vecino, por eso,
Bolsonaro, estará bastante ocupado por lo menos, los próximos cuatro años.
Bolsonaro,
es el terror de las minorías y un héroe para el hombre blanco heterosexual, que
teme perder privilegios. Los que apoyan a Bolsonaro, son los que no tienen
mucho que quejarse más que ver en peligro su “status quo”, aparentemente por
los avances progresistas en las últimas décadas para sectores que no son como
ellos. La extrema derecha, o la derecha populista, es muy hábil en explotar el
temor y el miedo, su base, es el votante promedio y sus líderes, también son el
promedio, nunca antes, un líder era tan parecido al votante promedio, que
desconoce profundamente la historia de su país. El problema, no es Bolsonaro, él
puede pensar lo que quiera, y lanzar sus diatribas, contra los grupos LGBTS,
contra los negros y los indígenas, el problema es cuando millones de personas
piensan lo mismo y lo apoyan. Hoy, lo que denominan, como lo políticamente correcto,
está pasado de moda, es demonizado por los extremos, la polarización, no es un fenómeno
exclusivamente colombiano, ocurre en muchos lugares del planeta. Hoy, ser
moderado, no es la moda o lo imperante. Hoy, tienes que escoger un lado radical
entre la izquierda y la derecha, como lo vimos en nuestras últimas elecciones
presidenciales, donde un líder de derecha, como Duque, se enfrentó a un líder de
izquierda como Petro. Que tal, llegamos al punto, que a los moderados se nos
denomina como “tibios”, por no pertenecer algún lado imperante del espectro
político pero no todo es malo, existe una tercera opción, una opción moderada, democrática,
nose, cuando convergeremos en ella, serán las elecciones regionales de octubre
de 2019, puede ser, pero los partidos y movimientos políticos hasta ahora
estudian las hojas de vida de los posibles candidatos, ya veremos, si nos
radicalizamos más, o buscamos la moderación, o lo que yo creo, son puntos de
encuentro.
Volvamos
a Bolsonaro, que sale con un mensaje de defender lo brasilero, lo nacional,
contra las minorías, cuando esto solo demuestra una completa ignorancia de la
propia historia del Brasil. ¿Por qué?, defender lo brasilero, si fueron un país
con una gran inmigración, a este país, sudamericano, llegaron personas a
construir sus vidas de todas partes, de Europa, de Asia, donde está lo que
define a un brasilero en un país con tanto y tan importantes aportes de sus inmigrantes.
Los gobiernos de derecha populista son muy hábiles, explotando el temor, contra
los inmigrantes, diciendo que vienen a robar, a cambiar la cultura, a quitar
los trabajos, con un fin, culpar a los extranjeros de todos los problemas que
claro está, ellos son incapaces de resolver y yo me pregunto, no será a la
inversa, que deberíamos reconocer el aporte de los inmigrantes en la formación
de los países, en sus economías, en su cultura, en fin…
Pero,
los errores, no paran, ahora quiere desforestar el Amazonas, el pulmón del
mundo a favor de la industria de la soja, de la palma, de los rancheros, exorcizando
a los indígenas, cuando la verdad, ellos son los únicos protectores de la
tierra, de la selva, de la biodiversidad. Bolsonaro, desconoce, la naturaleza
del indígena, como un ser con una raíces con su tierra, con una conexión muy
especial con el lugar que habitan, con su cosmogonía. Afortunadamente, los indígenas,
que recuerdo también son ciudadanos brasileros, saben de su importancia y de
esa conexión especial que tienen con la tierra y legítimamente defenderán lo
que para ellos, consideran algo sagrado como es la madre tierra.
Finalmente,
frente a los grupos LGBTS, es muy cómodo, refugiarse y atacar desde los
prejuicios, que como dice Voltaire, los prejuicios, son la razón de los tontos,
a aceptar que a pesar de los prejuicios, son ciudadanos, libres con derechos y
libertades como cualquiera de nosotros. Es muy sencillo, decir que la sociedad
ha sido permisiva, cuando desconoce como históricamente se obtienen derechos y
libertades, cuando no son concesiones, son luchas muy fuertes, por obtener unas
libertades y unos derechos, que por cierto resultan, con el tiempo, aceptando
la sociedad, cuando descubren que lo que consideraba malo no lo era y todas
estas comunidades, no solo los LGBTS, sino los negros y los indígenas o las
mujeres, solo querían vivir en paz y que les reconozcan los mismos derechos que
tenemos todos dentro de la sociedad, para saber esto, debe salir de su “zona
de confort”, y tener dos opciones, o lees mucho y aprendes algo más de lo que muestran
los sentidos o viaja mucho, y decide conocer otros mundos u otras realidades. Yo,
soy más lo primero, pero sé que somos miles de millones de personas, muchas
culturas y países, miles de idiomas, todas con una construcción única y bella
para que proclamemos que ahora mi cultura, mi país, es el mejor, quizás llego
la hora de tener ciudadanos del mundo o personas lo suficiente ilustradas para
ver mucho más allá, del barrio, de la casa, o de la ciudad en la que habitamos…
Si
Brasil, prefirio a un Bolsonaro, a un intelectual de izquierda, como Haddad,
que siendo del PT, fue que su único pecado
es sacar a millones de personas de la pobreza y pasarlos a la clase
media, hacer soñar su gente como lo que
son, una potencia regional, que cuida el Amazonas, la naturaleza, nuestra
tierra, pero la derecha, les dijo, que robaron mucho, que el “Lava Jato”, y
asusto curiosamente a ese brasilero que se benefició de ahora ser clase media y
equivocadamente pensó que perderían lo poco que ha construido. Lo único positivo,
es que la expansión de la clase media, los políticos deber ser más hábiles y
cuidadosos de saber interpretar que quiere una clase media más exigente, que
quiere mejores servicios públicos, que quiere una mejor redistribución de la
riqueza, no solo es Brasil, en toda Latinoamérica, debemos saber interpretar
está nueva realidad que si las proyecciones se cumplen no cambiaran en las próximas
décadas. O nos esforzamos, por saber interpretar a esta nueva clase media a no
estar desconectados de los problemas reales de las personas, o veremos más
Bolsonaros, más Trumps, y créanme eso no es bueno, no es nada bueno…
Alvaro
Támara Higuera
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