sábado, 12 de enero de 2019


Bueno, ya se posesiono finalmente el 1 de enero, ¿gano, limpiamente?, sin duda, su elección fue limpia, la oposición acepto el resultado, aparentemente todo bien, más de 50 millones de brasileros, los eligieron nuevo presidente de la república, gobernara por los próximos años pero en mi opinión, estará bastante ocupado, concentrado en los problemas internos de su país. Claro, la oposición que no solo es la izquierda del PT, es muy grande, son millones, y los problemas son muchos, bastante trabajo tendrá, Bolsonaro, para ocuparse de problemas como Venezuela, definitivamente, uno se ocupa en resolver primero, los problemas de su país y después si se preocupa del vecino, por eso, Bolsonaro, estará bastante ocupado por lo menos, los próximos cuatro años.

Bolsonaro, es el terror de las minorías y un héroe para el hombre blanco heterosexual, que teme perder privilegios. Los que apoyan a Bolsonaro, son los que no tienen mucho que quejarse más que ver en peligro su “status quo”, aparentemente por los avances progresistas en las últimas décadas para sectores que no son como ellos. La extrema derecha, o la derecha populista, es muy hábil en explotar el temor y el miedo, su base, es el votante promedio y sus líderes, también son el promedio, nunca antes, un líder era tan parecido al votante promedio, que desconoce profundamente la historia de su país. El problema, no es Bolsonaro, él puede pensar lo que quiera, y lanzar sus diatribas, contra los grupos LGBTS, contra los negros y los indígenas, el problema es cuando millones de personas piensan lo mismo y lo apoyan. Hoy, lo que denominan, como lo políticamente correcto, está pasado de moda, es demonizado por los extremos, la polarización, no es un fenómeno exclusivamente colombiano, ocurre en muchos lugares del planeta. Hoy, ser moderado, no es la moda o lo imperante. Hoy, tienes que escoger un lado radical entre la izquierda y la derecha, como lo vimos en nuestras últimas elecciones presidenciales, donde un líder de derecha, como Duque, se enfrentó a un líder de izquierda como Petro. Que tal, llegamos al punto, que a los moderados se nos denomina como “tibios”, por no pertenecer algún lado imperante del espectro político pero no todo es malo, existe una tercera opción, una opción moderada, democrática, nose, cuando convergeremos en ella, serán las elecciones regionales de octubre de 2019, puede ser, pero los partidos y movimientos políticos hasta ahora estudian las hojas de vida de los posibles candidatos, ya veremos, si nos radicalizamos más, o buscamos la moderación, o lo que yo creo, son puntos de encuentro.

Volvamos a Bolsonaro, que sale con un mensaje de defender lo brasilero, lo nacional, contra las minorías, cuando esto solo demuestra una completa ignorancia de la propia historia del Brasil. ¿Por qué?, defender lo brasilero, si fueron un país con una gran inmigración, a este país, sudamericano, llegaron personas a construir sus vidas de todas partes, de Europa, de Asia, donde está lo que define a un brasilero en un país con tanto y tan importantes aportes de sus inmigrantes. Los gobiernos de derecha populista son muy hábiles, explotando el temor, contra los inmigrantes, diciendo que vienen a robar, a cambiar la cultura, a quitar los trabajos, con un fin, culpar a los extranjeros de todos los problemas que claro está, ellos son incapaces de resolver y yo me pregunto, no será a la inversa, que deberíamos reconocer el aporte de los inmigrantes en la formación de los países, en sus economías, en su cultura, en fin…

Pero, los errores, no paran, ahora quiere desforestar el Amazonas, el pulmón del mundo a favor de la industria de la soja, de la palma, de los rancheros, exorcizando a los indígenas, cuando la verdad, ellos son los únicos protectores de la tierra, de la selva, de la biodiversidad. Bolsonaro, desconoce, la naturaleza del indígena, como un ser con una raíces con su tierra, con una conexión muy especial con el lugar que habitan, con su cosmogonía. Afortunadamente, los indígenas, que recuerdo también son ciudadanos brasileros, saben de su importancia y de esa conexión especial que tienen con la tierra y legítimamente defenderán lo que para ellos, consideran algo sagrado como es la madre tierra.

Finalmente, frente a los grupos LGBTS, es muy cómodo, refugiarse y atacar desde los prejuicios, que como dice Voltaire, los prejuicios, son la razón de los tontos, a aceptar que a pesar de los prejuicios, son ciudadanos, libres con derechos y libertades como cualquiera de nosotros. Es muy sencillo, decir que la sociedad ha sido permisiva, cuando desconoce como históricamente se obtienen derechos y libertades, cuando no son concesiones, son luchas muy fuertes, por obtener unas libertades y unos derechos, que por cierto resultan, con el tiempo, aceptando la sociedad, cuando descubren que lo que consideraba malo no lo era y todas estas comunidades, no solo los LGBTS, sino los negros y los indígenas o las mujeres, solo querían vivir en paz y que les reconozcan los mismos derechos que tenemos todos dentro de la sociedad, para saber esto, debe salir de su “zona de confort”, y tener dos opciones, o lees mucho y aprendes algo más de lo que muestran los sentidos o viaja mucho, y decide conocer otros mundos u otras realidades. Yo, soy más lo primero, pero sé que somos miles de millones de personas, muchas culturas y países, miles de idiomas, todas con una construcción única y bella para que proclamemos que ahora mi cultura, mi país, es el mejor, quizás llego la hora de tener ciudadanos del mundo o personas lo suficiente ilustradas para ver mucho más allá, del barrio, de la casa, o de la ciudad en la que habitamos…

Si Brasil, prefirio a un Bolsonaro, a un intelectual de izquierda, como Haddad, que siendo del PT, fue que su único pecado  es sacar a millones de personas de la pobreza y pasarlos a la clase media, hacer soñar  su gente como lo que son, una potencia regional, que cuida el Amazonas, la naturaleza, nuestra tierra, pero la derecha, les dijo, que robaron mucho, que el “Lava Jato”, y asusto curiosamente a ese brasilero que se benefició de ahora ser clase media y equivocadamente pensó que perderían lo poco que ha construido. Lo único positivo, es que la expansión de la clase media, los políticos deber ser más hábiles y cuidadosos de saber interpretar que quiere una clase media más exigente, que quiere mejores servicios públicos, que quiere una mejor redistribución de la riqueza, no solo es Brasil, en toda Latinoamérica, debemos saber interpretar está nueva realidad que si las proyecciones se cumplen no cambiaran en las próximas décadas. O nos esforzamos, por saber interpretar a esta nueva clase media a no estar desconectados de los problemas reales de las personas, o veremos más Bolsonaros, más Trumps, y créanme eso no es bueno, no es nada bueno…

Alvaro Támara Higuera


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