viernes, 9 de noviembre de 2018


No lo digo, porque soy politólogo y me dedico a analizar la política, tampoco porque desde mi época universitaria soy un afiebrado por aquello de las elecciones, que los ciudadanos tomen una decisión basada en democracia es reconozco una parte importante de mi vida. Repito, no es por eso, pero debo decir en mi mente no existía otro escenario distinto que aquel que tuviésemos elecciones regionales a finales de octubre de 2019. Yo, no tengo nada en contra el alcalde de Bogotá D.C., Sr. Enrique Peñalosa, de hecho algunas cosas de su gobierno me gustan en otras soy un crítico pero como ciudadano si tenía razones para creer que debemos tener elecciones el próximo año y no después, en dos años. No me base, en oponerme a extender en dos años más, el periodo de los actuales gobernantes regionales en sus encuestas de opinión, para algunos es muy positiva, para otros negativa, pero esto no es un concurso de popularidad para decidir si un gobernante regional debe extenderles su periodo de gobierno o no. Me base, aunque en Latinoamérica, somos muy dados a seguir a líderes y no tanto las ideas, en términos electorales, aunque usted no crea, uno no vota tanto porque el que está figurando en la foto, sino por un programa de gobierno, que tiene un periodo de tiempo, que en este caso son cuatro años. Mejor dicho, usted elige un programa de gobierno por un periodo de tiempo, que en nuestro país son cuatro años. Y me perdonan, en el caso de nuestra ciudad, los bogotanos, votaron por un programa de gobierno que administre la ciudad por cuatro años, solamente. Es decir, el programa de gobierno del Sr. Peñalosa, se eligió mayoritariamente, por cuatro años, no por seis, ni por ocho, ni por diez años. Les recuerdo, está en la Constitución política, un periodo de gobierno de un alcalde en nuestra ciudad, por ejemplo, son cuatro años, no seis y como somos un país de leyes, a veces exageramos con esto, la decisión del constituyente primario no puede ser reemplazado por una ley, eso es autoritario, y eso seguramente si nos acercaba más a Venezuela.

No me asombra, que el partido de gobierno, el Centro Democrático, se haya opuesto a está iniciativa por inconveniente, lo veo razonable. Seguramente, ellos creen que pueden mejorar sus resultados de 2015, y quizás no estén equivocados. Está bien, que lo queramos definir como demócratas, a voto limpio, ya los ciudadanos en 2019, determinaran cual es el partido político o los candidatos de sus afectos pero definámoslo en las urnas, en unas elecciones justas y no con una leguleyada, extendiéndole el periodo por dos años más de manera espuria.

Por último, era inconveniente, extender el periodo a los gobernantes por dos años más, además que tomemos una decisión democrática un año después, no es una forma de extorsión, como creen algunos sino una forma de control ciudadano, una forma de controlar a nuestros políticos, razonable y democrática. Un ejemplo, en los Estados Unidos, como saben, acabaron de realizar las elecciones de medio término, para elegir congresistas y gobernadores, en los Estados Unidos, generalmente, el partido de gobierno, pierde una de las cámaras, o tiene un resultado más adverso, porque a los estadounidenses, les gusta tener un contrapeso o varios al poder de un presidente en ejercicio y créanme funciona bien, el poder no se concentra, entonces no solo es una forma de controlar a nuestros políticos sino de evaluar las decisiones de nuestros políticos y que mejor forma que sea en las urnas, de manera democrática.

Por eso, ya entramos a año electoral, espero unas elecciones regionales que se basen en el debate, en las propuestas de los gobernantes, en el disenso y la crítica dentro de los partidos. Yo, me estoy preparando, y ¡usted!...

Alvaro Támara Higuera


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