martes, 7 de noviembre de 2017

Hace unos meses, mucha gente entre las que me incluyo celebró, la victoria en las elecciones presidenciales francesas del joven, Sr. Emmanuel Macron, logro vencer a la ultraderecha francesa y de paso salvar a la Unión Europea de su destrucción, por otra parte ser un candidato “outsider”, mejor, desconocido hasta hace poco tiempo de la mayoría del público francés además de derrotar a la vieja clase política de su antiguo partido, Socialista y los conservadores, le dio un aura de grandeza que se vio reflejado en los buenos resultados de su nuevo partido político, En marcha, para las elecciones legislativas. Es probable, que el Sr. Macron venía con unas expectativas muy grandes para los franceses pero con el tiempo, se comenzó a conocer una faceta del joven político que dejaba mucho que desear, como su egocentrismo y arrogancia a la hora de gobernar combinando elemento de la democracia con una tradición monárquica en Francia que algunos en este país, les gustan, pero esto no era la primeras muestras en poco meses que mostraba Macron en la presidencia, surgirían otras…

Surgirían otros elementos, que permiten ver a Macron con cautela, lo más controvertido es su terrible reforma laboral que lesiona a los trabajadores franceses que estos defienden con alma, vida y sombrero, siempre ha admirado como el francés promedio defiende un estilo de vida que varía entre el socialismo y una forma de vivir bien muy del Mediterráneo donde se precia el gusto por la buena comida, y los placeres de la vida. Me parece bien, los franceses no están dispuestos a renunciar a nada de esto, lógicamente se empieza a ver una oposición de la izquierda francesa y un sector de los sindicatos franceses, que son muy poderosos. Como ven, la reforma laboral, alabada por los mercados financieros pero repudiada por los sectores de izquierda de Francia, comienza con una fuerte oposición, y al día de hoy, me es difícil pronosticar como terminara pero me queda claro, que a pesar del apoyo legislativo mayoritario su trámite en el Congreso no será fácil y hoy es impredecible que pasara con el programa más polémico del joven gobernante francés.

Pero no todo es malo, en Macron, hasta ahora, su imagen revitaliza a la Unión Europea, le da nuevos bríos a Europa y consolida la unión con Alemania, brindándole un aliado importante a Berlín, que como algo curioso, la Sra. Merkel, se involucró abiertamente a favor del gobernante francés que este detalle no molesto a los franceses. Por último, a juzgar por las últimas noticias, sobre medio ambiente, es quizás, Francia, el país más comprometido con la protección del medio ambiente haciendo una diferencia con los Estados Unidos pero sin romper con la gran potencia. Quizás, en este último tema, Francia emerja como un faro de luz, frente a la arrogancia y poca diplomacia, de Trump. Si, Francia, emerge en Occidente, como un faro de luz y un referente para el medio ambiente, será bueno para Francia y para el mundo, ¡así sea!...

Alvaro Támara Higuera


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