miércoles, 10 de julio de 2019


Se, podría decir que si, por supuesto, la luna, siempre nos ha acompañado desde que el hombre dio sus primeros pasos sobre la tierra, no me refiero a la luna, por supuesto, sino al viaje, de astronautas estadounidenses a la luna, que fue un paso, tan importante, como cuando Cristóbal Colón, descubrió al “nuevo mundo”, pero está información, es polémica, aunque se nos abre un mundo muy grande de posibilidades y exploración, ante la posibilidad, y repito, la posibilidad, de que haya vida inteligente en otros planetas, deberíamos, pensar en tratar de no colonizar otras partes, sino de tratar de coexistir, con otras formas de vida, pero repito, esto es solo una posibilidad.

Este 20 de julio, se cumplen, 50 años, del viaje de la tripulación del Apolo XI, a la luna, un hecho que coincide, con nuestra fiesta de independencia, pero esto, solo es una coincidencia, nada más. Este viaje, a la luna, fue importante, durante la guerra fría, porque ya la URSS, había puesto, al primer, hombre en el espacio, recordemos a Yuri Gagarin, y estaban ganando, la carrera espacial y Estados Unidos, se dio cuenta de eso, y de su importancia, y emprendió, una aventura fascinante, de poner el primer hombre en la luna, y claro, este hombre, debía ser estadounidense, y lo lograron, pero el viaje a la luna, no estuvo exento de problemas y como la gente sabe, tuvo momentos, que inclusive se pensó en abortarlo, como cuando, unos de los viajes, anteriores, al Apolo XI, hubo un accidente, muy grave, que puso en duda, este viaje de exploración. Al final, los Estados Unidos, un 20 de julio de 1969, puso al primer humano, sobre la luna, que dio sus primeros pasos y uno de sus astronautas, pronuncio, su famosa frase, “que era un pequeño, paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Gran frase, y por supuesto, tenía razón, se abrían, en ese momento, nuevas posibilidades, para la civilización humana.

La luna, siempre ha estado en la fascinación del hombre, desde poetas románticos, inspirados, en su luz, para dedicar los versos más hermosos, hasta, astrónomos, locos, en el buen sentido de la palabra, fascinados, con ese satélite de la tierra. Si, la luna, ha sido testigo, de la civilización, del hombre sobre la tierra, nos ha acompañado, siempre. Para los marinos, define, las mareas, su fuerza, su voracidad, tengo entendido, si no estoy equivocado. En todo caso, retomo, ese viaje, de exploración, que inspiro a una generación, de niños, con la hermosa posibilidad de ser astronautas, que llena de imaginación, a tantos niños, disfrazados, con traje de astronautas, donde sus mentes viajan y sueñan también. No, solo señoritos, sino, señoritas, también, que lindo, un mundo, donde se sueña, con algo relacionado con la ciencia, con la exploración, quizás, algunos lo logren, pero otros serán científicos, o ingenieros, que fueron alimentados, de un sueño, que también, inspira, a los mejores poetas a realizar sus mejores versos para esa amada, que los espera, una práctica, que se está perdiendo, debido a la rapidez y la inmediatez, de este mundo vertiginoso, todo es el celular de alta gama, el mensaje de WhatsApp, aunque esto ayuda claramente a mejorar las comunicaciones y estar cada día más conectados, me atrevo a asegurar, no reemplaza, el contacto humano, ni los momentos especiales, pero eso es otro debate, que alguna vez, trataremos con mayor rigor.

En síntesis, el viaje del Apolo XI, a la luna, fue un hecho muy importante y que nos abre un mundo de posibilidades, sin duda. Deberíamos, comprender, que este mundo de posibilidades, trae riesgos, también, depende de nosotros, como civilización humana, el saberlos, afrontar de la mejor manera.

Alvaro Támara Higuera


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