viernes, 6 de julio de 2018

Y es bueno hacer la diferencia, porque como saben, me declaro admirador de los EE.UU. cuando era un referente de la libertad, cuando era la esperanza para millones de personas en el mundo, cuando defendía las libertades individuales, cuando defendía el libre comercio entre las naciones; como no apoyar a ese EE.UU. que todavía existe donde logran convivir cientos de nacionalidades sin hacerse daño, donde la mayoría de sus habitantes tiene una muy alta calidad de vida, un país que realiza elecciones sin pausas hace más de doscientos años. Claro, yo creo en ese Estados Unidos de América donde millones de personas han construido sus sueños, sus ilusiones, su proyecto de vida. Un país, donde la palabra, “extranjero”, era la habitual, porque como dije, conviven millones de personas de diversas nacionalidades, solo en Nueva York, conviven personas de más de cien nacionalidades distintas, en ningún otro lugar del mundo la palabra diversidad tiene ese enorme significado, una nación donde miles de perseguidos políticos tuvieron una segunda oportunidad en la vida. Como no admirar, a una nación, no tanto por su poderío económico o militar sino en unos principios de libertad, igualdad y fraternidad, un lugar que fue clave en la lucha por los derechos civiles, donde las minorías tienen esperanza de mejorar sus vidas. Si, claramente, los EE.UU., no son una sociedad perfecta, tiene enorme contrastes entre diferentes grupos étnicos, problemas con la tenencia de armas, me atrevo a decir, una relación malsana, con las armas, deberían tener un mejor control de armas, como en mucho de los países desarrollados, quizás esto es problemático pero resolver este problema ayudaría mucho a los Estados Unidos a nivel interno. No voy a extenderme en este tema, que es un problema de sus habitantes, pero por todo lo expuesto, en las cosas buenas, en esos valores, yo creo en ese Estados Unidos de América, no en el otro…

En contraste, existe el otro, Estados Unidos de América, que existe en la mente de Trump, un ricachón, tacaño y amarrete, diferente de hombres mucho más ricos, que tienen tanto dinero, que buscan beneficiar a la humanidad, como Bill Gates, Elon Musk o Michael Bloomberg, ellos creen en la diversidad, creen en la libertad, saben que eso genera riqueza también, creer y tener confianza en el destino de una nación que cree en la libertad. No es nuevo, la retórica de Trump, el aislacionismo ha existido ya en la historia de los EE.UU., no tanto en crear barreras, pero en los EE.UU. mucho saben que es mejor y más saludable abrir puertas, que cerrarlas, que no creen en el Muro de la discordia de Trump, un muro racista, que está creando no solo un muro entre los EE.UU. y México, sino entre EE.UU. y Latinoamérica, donde se supone que existen valores compartidos y más cosas que nos unen que las que nos separan. Percibo, en Trump, un racismo, contra los latinos, como nunca se había visto nunca, cuando mucha gente sabe que el futuro de los Estados Unidos son los latinos, quizás está idea perturba a personas como Trump, saber que el futuro de los EE.UU. ya no es blanco, puro y cristalino, sino de muchos colores vivos como nosotros los latinos. Ese Estados Unidos, de Trump, no creo yo, allí con su segregación racial en el profundo sur de los EE.UU., allí con la creación de Liberia, como un lugar para enviar a todos los negros a  África. Allí, donde el cree, que cerrando sus fronteras, se siente más tranquilo y seguro, con una economía que funciona pero a corto plazo, pero que a largo plazo veremos sus efectos, donde todo será más caro, y donde las naciones no van cooperar como aliados sino que se van a mostrar los dientes sobre quienes son más poderosos.

En fin, frente a esto, creo que EE.UU., no Trump, triunfara, pronto la nación y su pueblo se darán cuenta sabiamente que ese no es el camino y su destino; que su papel en el mundo es totalmente diferente a lo que plantea Trump, que cree en la cooperación, en valores como la libertad, pronto se darán cuenta, que los EE.UU. que propone Trump, no es el camino adecuado, pronto los EE.UU. que admiramos muchos saldrá adelante y que Trump, es tan solo un muy pequeño impasse en la gran historia del país del norte. EE.UU. saldrá adelante, el Estados Unidos del que creemos y no el de Trump, el de ese señor, es tan solo un paréntesis en su historia que solo durara apenas cuatro años.

Alvaro Támara Higuera


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