La caída del Muro de Berlín: El día que el mundo cambio y de paso mi vida…
El 9 de noviembre de 1989, fue un día que nos cambió la
vida a todos para el bien o para mal. Recuerdo, era apenas un niño, en esos
días, quizás antes o después, El Tiempo, mostraba los países, que se habían
liberado del comunismo, lo recuerdo bien, fue un momento de gran optimismo, y
como fieles seguidores del modelo liberal tanto en lo político como en lo
económico, pues la verdad, nos vimos como ganadores, el gran monstruo del
socialismo había caído, y de paso todos nuestros males, pero lo que no sabíamos
en realidad, es que se venían, los peores años como una familia de clase media
normal, porque en medio de la euforia no nos dimos cuenta de algo fundamental,
por culpa del temor de la dictadura del proletariado, muchos gobiernos
occidentales, entre ellos, el colombiano, invirtieron mucho tiempo y dinero
para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, fueron décadas
maravillosas para la clase media en el mundo, sus años dorados, donde la clase
media, mejoro ostensiblemente, económicamente, accedió a una mejor educación y
amplio sus derechos como ciudadanos, inclusive era tan grande el temor, al
monstruo socialista, que gobiernos conservadores, se embarcaron en mejorar la
vida de la familia de la clase media, pero sin que nosotros, lo notáramos, todo
eso llego a su fin y fue la década del noventa y comienzos del nuevo milenio,
los años más aciagados para la clase media, esa década, no fue perdida, pero
para los ricos del país, sino para nosotros, la clase media. Como saben,
después de la caída, del bloque soviético, se vino eso que se llama,
neoliberalismo, y sus tesis malévolas contra la clase media y muy favorables
para los más ricos, de manera errónea, los gobiernos del mundo, pensaron que
podían descuidar a la clase media, hasta pauperizarla, y por supuesto, si
nosotros, la pasamos mal, ya se imaginaran lo que pasaron los más pobres, pues
les fue peor. Como algunos teóricos, se dejaron creer que el capitalismo y las
democracias liberales habían triunfado pensaron ellos definitivamente, entonces
decidieron, dejar de preocuparse, por lo que sostienen las democracias, a las
clases medias, ellos pensaron, que esos de las injusticias y las luchas
sociales, eran cosa del pasado y por eso, al haber triunfado, podían olvidarse
de la clase media y por algún tiempo el mundo estaba convencido, de esto, hasta
que fue tal el olvido a la clases medias y creció tanto su insatisfacción, que
un hecho, demostró, que eso que las luchas sociales, no estaban tan muertas,
como ellos creían, y hubo una persona que supo capitalizar, eso, el Sr. Hugo Chávez
Frias, aunque socialista, defendía un modelo económico fracasado, con la ayuda
de Cuba, supo interpretar mejor que nadie, la enorme insatisfacción popular que
ocurría en ese momento, en Venezuela, la falta de reformas sociales llevaron al
traste con el tiempo, el modelo capitalista y la democracia liberal que eran
vistas con orgullo, por muchos latinoamericanos.
Los hechos ocurridos, en Venezuela, que hoy, todavía
persisten, junto a la ausencia de reformas necesarias demostraron, que había
que relajar las tan radicales y ortodoxas medidas a favor solamente del
mercado. Particularmente, esos años, fueron los más dolorosos para mí,
inclusive debí hacer trabajos a los que no estaba acostumbrados, y pasar
ciertos trabajos, de esos años aciagos, solo reconozco, dos cosas fundamentales
en mi vida, me hicieron formar una consciencia social mayor además me acercaron
a los libros, era un adolescente muy solo y encontré en los libros ese refugio
ante la carestía en mi hogar además la biblioteca, comprendí luego, era un símbolo
de una familia de clase media que vivió mejores épocas, tanto para llenar con
cientos de libros, lo que yo hice, no era solamente verlo como un símbolo de
status social, sino que hasta hace muy poco terminar de leer la casi totalidad de libros
que se encontraban en esa biblioteca, fueron años tan difíciles, que mis tíos,
curiosamente, antiguos socialistas, debieron ocuparse de mis estudios secundarios,
debido a nuestros problemas económicos, eran dueños, de un colegio en el
barrio, Modelia de Bogotá, si no fuera por mis tíos, al cual les estoy
agradecido, no habría recibido una educación adecuada para una persona de clase
media. Seguramente, si no fueran por esos años de carestía económica, habría
sido un godo recalcitrante, nose si metido en la política, pero si estaría
entusiasmado con cada victoria del partido azul, que por tradición era el de mi
familia materna, una familia tradicional boyacense, pero de muy buenos
principios y valores, eso sí; yo vine a crecer en un ambiente muy tradicional,
pero mi inquietud por los temas intelectuales me abrieron un mundo más amplio,
aunque soy poco frecuente a los viajes, la lectura, debo reconocerlo, me abrió
la mente, para mirar más allá de la visión de una familia tradicional boyacense
de principios católicos.
Hoy, debo reconocer, las condiciones de mi familia de clase
media han mejorado, no como sus mejores épocas claro está donde digo yo, los
años ochenta, si fueron buenísimos para los que la pasabamos bien, porque para
aquellos, que la padecieron y más en un país, como Colombia, fueron años muy
aciagos, por eso, en estos momentos, tengo la mirada fija como águila y soy muy
susceptible a un deterioro de la clase media porque sencillamente lo viví, pero
también yo viví también años de mucha prosperidad donde soy testigo lo
importante que es para la sociedad el tener oportunidades reales y cuando los
gobiernos, trabajan realmente para la gente. Como soy testigo, de una buena
gobernabilidad, también soy testigo, de la ingobernabilidad y de la falta de
oportunidades, con todo con lo que eso implica. También, fui testigo, de los
mejores años de los partidos tradicionales en nuestro país, de una época donde
los conservadores de “racamandaca”, prendían sus radios para escuchar la
victorias del Partido Conservador o cuando los jóvenes profesionales,
trabajaban por la victoria del otrora partido del pueblo, el Partido Liberal,
no culpo a nuestras pasadas generaciones, ellos vivieron las buenas épocas de
los partidos tradicionales, a pesar de los apasionamientos políticos, las
diferencias ideológicas entre los dos grandes partidos eran clarísimas y la
gobernabilidad era favorable para la clase media colombiana. En realidad, los
que tuvimos que ver, la ingobernabilidad, la gran corrupción y el desgobierno
fuimos nosotros, por eso comprendo la enorme insatisfacción de muchos jóvenes,
la desprotección es evidente. Por eso, después de quince años de militancia
liberal, hoy como militante de la Alianza Verde, veo en esta colectividad,
tanto optimismo, en un proyecto a largo plazo, que si no defraudamos la
confianza de millones de personas que nos creen, vamos a tener, Alianza Verde
para rato. Si, el Partido Liberal, otrora partido del pueblo, murió cuando
mataron a Galán, que, en su momento, de gran apoyo popular, era una esperanza
para la clase media colombiana. Hoy, veo ese optimismo, esa esperanza, en la
Alianza Verde, en personas como Claudia López, Angélica Lozano, Antanas Mockus,
Sergio Fajardo, Katherine Miranda, etc.; ellos tienen sin querer enmarcarlos,
pero ese galanismo de simplemente hacer las cosas bien, que nuestra Colombia,
vaya por el camino indicado y porque no salvarla, de su destrucción ante una
sociedad degradada y descuidada por gobiernos que se olvidaron, de la clase
media colombiana.
Obviamente, mi historia, no es única, sino es la historia
de muchas familias de clase media, unas familias que vivieron buenas épocas,
pero también épocas malas, por eso debemos recuperar a Colombia, no para los
partidos políticos, no para las empresas, sino para la gente, recuperando a un
país, que alguna vez supo darle lo mejor y lleno de esperanza a millones de
personas de clase media, ahora me comprenden…
Alvaro Támara Higuera
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