viernes, 15 de diciembre de 2017

Lo primero que debo decir, es que no somos un país de inmigrantes, aquí no se presentaron las oleadas que se vieron en los Estados Unidos, Argentina, Brasil e inclusive, Venezuela. En realidad, nuestro país es diverso pero por adentro y permaneció prácticamente aislado del mundo por casi un siglo, ese golpe que sufrió el país, como fue la perdida de Panamá, nos produjo un trauma con el resto del mundo que duro casi un siglo, hasta bien entrado el siglo XX, pero no quiere decir que no hayamos tenido algún tipo de contacto con el exterior, aquí llegaron extranjeros en menor cantidad como los sirio libaneses, a la Costa Atlántica, una comunidad japonesa que se asentó en el Valle del Cauca y por el resto del país, unos europeos. Es desde la Constitución Política de 1991, con la famosa apertura que nuestro país se abrió al mundo y comenzaron a llegar extranjeros, hoy es más común aunque no en grandes cantidades que se ven en las calles de las ciudades colombianas. Fuimos, el “Tíbet de América”, que era una forma de ilustrar el nivel de aislamiento en el que se encontraba la nación pero analizando con otros casos, no eran tan dramático como el Japón feudal, que duro siglos encerrado y solo manteniendo un contacto con el exterior, a través de un puerto japonés, donde los holandeses eran los únicos autorizados de tener un intercambio comercial con los japoneses, luego en el siglo XIX, con la llegada del Acorazado, Comodoro Perry, de los Estados Unidos, es que este país rompió siglos de aislamiento. No era tan dramático, ciertamente, pero si estábamos aislados, lo único rescatable es que no conocemos casos alarmantes de xenofobia quizás esporádicos pero en líneas generales, se tiene un trato amable y calido con la persona que llega al país. Eso está bien, creo en la diversidad, personalmente, cuando una persona llega a mi país, en busca de una oportunidad, si eso, de una oportunidad no veo porque tenga razones de negársela, eso significa que quiera trabajar honradamente para su familia, para que tengan un mejor futuro, eso me parece razonable, si una persona quiere trabajar, colombiano o no, no veo porque se les debe negar ese derecho.

Ahora, está demostrado que la diversidad es mejor, un ejemplo, un ciudad que es un puerto sobre el inmenso mar es por antonomasia más diversa que una ciudad en el interior, es normal, porque los barcos con sus banderas y tripulantes de todo el planeta, intercambian experiencias con personas de otras partes del mundo, esto es bueno para la democracia, mejor dicho, la diversidad es buena para la democracia. Atenas, que era puerto, nunca habría desarrollado un concepto tan avanzado de democracia si no fuera un puerto que le hubiese permitido intercambiar experiencias con personas de otros lugares del mundo. Además, también, está demostrado, que el aporte de los extranjeros, es importante para el desarrollo de la economía, en la creación de industrias, negocios, compra de propiedades, en fin, en la producción de la ciencia y las artes, en fin. Definitivamente, el aporte de los extranjeros, se ve reflejado en una sociedad más abierta, diversa, pluralista y democrática.
Hoy, vemos una oleada grande de venezolanos, que son un país hermano, ante la situación política y social tan dramática que se encuentran en su país, no es un fenómeno único de Colombia, porque la diáspora venezolana, ha llegado a países latinoamericanos, España y los Estados Unidos además creo que debemos nosotros los colombianos, ser cordiales, con nuestros hermanos venezolanos, cuando nosotros teníamos un terrible conflicto armado, recibieron millones de nuestros nacionales, ahora nosotros tenemos que tener reciprocidad con nuestros hermanos venezolanos, que siendo solidarios, están pasando un momento muy difícil, pensemos en los lazos que se forman entre los dos países, cuando pase todo este problema político y social, los dos países juntos recordaran, la solidaridad que tuvieron con su hermano en momentos difíciles, es así, como una familia, si un hermano suyo le pide una ayuda usted no se la niega sino al contrario le ayuda, bueno, aquí ocurre algo parecido, al hermano, al amigo se le colabora y ese el momento de ayudar a nuestro hermano que lo necesita.

Entonces, concluimos que después de 1991, Colombia se abrió al mundo, que si tuvimos un contacto tímido con el extranjero; que después de 1991, se creó un clima un poco más favorable para el extranjero en nuestro país, y que esto ayudo a nuestros hermanos venezolanos, que necesitan hoy más que nunca, de nuestra mano amiga. También, que la diversidad es buena, que mejora las sociedades, mejora las economías y fortalece la democracia.

Alvaro Támara Higuera


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1 comentarios :

Que bonita entrada de blog. Una bella reflexión sobre solidaridad más allá de la delimitación de fronteras (Y)

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